domingo, 27 de septiembre de 2009

La “eticidad” por Mario Sambarino (Julio 2009)

Nicolas Jara

Mario Sambarino (1918Uruguay-1989Uruguay) es el autor que nos encuentra en este intersticio mediado por el siguiente esbozo de sus principales ideas. Algunos rasgos biográficos sobre Mario Sambarino: Cursó estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la Republica. De 1944 al 1965 fue profesor de Filosofía en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo (I.A.V.A.) y profesor en el departamento de Filosofía del Instituto de Profesores "Artigas" entre 1950 y 1965. De 1963 a 1973 estuvo al frente del departamento de Filosofía de la Práctica en la Facultad de Humanidades y Ciencias. En 1974, se exilió en Venezuela y se vinculó al Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos y se desempeñó como profesor en la Universidad Católica Andrés Bello. En 1984 regresó a Uruguay.

Sambarino nos presenta desde su segundo escrito édito “Investigaciones sobre la estructura aporético-dialéctica de la eticidad” (Montevideo: 1959), un recorrido por los múltiples modelos Morales y Éticos de nuestra cultura occidental, marcados por una claridad expositiva y una densidad de riqueza de pensamientos originales, donde se nos plantea la resignificación tales modelos Morales y Éticos con su tesis del “ethologismo” Nos plantea la “investigación” de los conceptos tradicionalmente ligados con la interpretación-estimación del comportamiento humano. Estamos invitados a un examen crítico de los fundamentos de las ciencias de la cultura: La función ético-social del ethos.

Ethos.- “Entenderemos por éste la concreta vigencia de un orden jerarquizado de valiosidades por el cual se determina un comportamiento, en tanto ese orden se hace presente a una (escala axiologica) con un cierto modo de eticidad.”; “El mismo orden axiológico adquiere una significación diversa según el modo de eticidad en cual es dado” (“Investigaciones sobre la estructura aporético-dialéctica de la eticidad” Pág. 57)

"Preferimos entonces distinguir los conceptos de “eticidad” y de “moralidad”, teniendo aquél el sentido genérico de comportamiento regulado constitutivo de un estilo de vida, sean cuales fueren los criterios de autojustificación y enjuiciamiento, otorgándole al segundo el alcance especifico de comportamiento regulado cuyo contenido se enlaza esencialmente con la idea de probidad” (Investigaciones…Pág. 32

El agente que describe Sambarino tiene la característica de poseer una conciencia moral cotidiana, conciencia de sus vivencias que no parte de un cuestionamiento previo sobre los valores que pone en práctica, ya que los encuentra vigentes. La conciencia existe en complejos de situaciones valoradas, la mayoría de las cuales se vivencian no-reflexivamente.

“Tanto ella (la cotidianidad ética) como la moralidad común que en su seno prefine su ámbito permanecen ajenas a toda aporía radical, y en ningún momento son verdaderamente polémicas ni críticamente indagadoras del sentido de la validez presunta de sus evidencias, empeñándose en permanecer aproblemáticas con una equivoca ingenuidad” ( Investigaciones … Pág.10)

Sambarino presenta una aporía entre vigencia y validez (“Aporía” brevemente, es una contradicción que se intenta dar resolución, conflicto que no se puede superar): En el ser apercibido de un valor se da, orgánicamente, su vigencia y su validez. No hay instancia previa al estar en un ethos, capaz de deslindar entre vigencia y validez. He aquí la mayor aporía, una vía sin salida.

La conciencia moral cotidiana no puede percibirse, pensarse y actuar sin adquirir otros valores vigentes interpretativos-estimativos, que es la condición que posibilita comprender a otros o a sí mismo. Toda interpretación se funde en la intencionalidad de comprender, la cual es a una con un cierto temple de ánimo, es afectivo. Para pensar o para escribir se precisa una disposición del ánimo y de la afectividad, en la que nos ejercitamos y a la que consideramos de algún modo valiosa.

Como individuos culturales estamos ontológicamente determinados por procesos históricos- contextuales, porque no existe ninguna acción, sea individual o colectiva, que no sea interpretativa-estimativa. Por tanto, cualquier comportamiento (en el sentido más amplio de la palabra) se encuentra axioasignado. Por lo cual, el sentido de un comportamiento es inseparable del valor que se le atribuye. No hay punto arquimediano en los Hombres que esté sobre las “modalidades hermenéutico-experienciales de la eticidad”:

“Los momentos de eticidad no son aprehendidos en la instancia vital según la vaciedad formal de una pura estructura; no se dan indeterminados en cuanto a su ser y valer, para ser después interpretados; su presencia va conjunta con su estimación, pues siempre constituyen ya momentos de tal o cual modalidad” (Investigaciones…Pág. 60)


Para Sambarino existen modalidades fundamentales de eticidad “…dichas modalidades son formales en cuanto a su contenido axiológico, de suerte que múltiples órdenes jerárquicos de valores pueden mostrarse en un mismo tipo modal.” “… allí donde la culpa sea experienciada como un mero error, el arrepentimiento tendrá una significación muy distinta- y hasta contrapuesta en su ser y valer- que la que tendrá cuando aquella sea vivida e interpretada como caída voluntaria en algún mal prohibido.” (Investigaciones. Pág.59)

Hay una deducción de las formas posibles de eticidad porque existen conexiones legales de coherencia que forman una verdadera unidad estructural, configurativa de un estilo hermenéutico. Se nos presentan cuatro modos hermenéuticos-experienciales:

“ … pues un agente se determina éticamente por razón de sí o por razones de otra cosa; en el primer caso puede actuar por razón del ser que ya es como ocurre con quien está en posición de una excelencia, o por razón del ser que prefiere ser ( con independencia de todo orden extrínseco de valores); el segundo caso puede determinarse por razón del fundamento que otorga el ser que se es( y así acontece con quien aspira a aquella sabiduría que, por la causa de donde lo que es proviene, le haga comprender el sentido de su estar), o por razón del ser, en tanto éste es realizándose en el cumplimiento de un fin que obliga.”(“Investigaciones…Pág. 62)

Este pequeña exposición del pensamiento de Mario Sambarino genera interrogantes del tipo teórico: Si todo comportamiento está estructurado por modelos hermeneuticos-experienciales, ¿Cuál de los modos está rigiendo al autor? ¿Existen otros tipos de modalidades, además de las planteadas? ¿Qué tipo de relativismo nos presenta Mario Sambarino? El descriptivo: las ideas y reglas morales de un individuo, grupo o sociedad son diferentes de las de otros, es un relativismo más cultural que ético. Se limita a constatar lo que hay, sin llegar a conclusiones de alcance normativo. El normativo (lo que es bueno para unos no lo es para otros, entra de lleno en el plano del pronunciamiento moral. Tampoco el relativismo moral absoluto acepta que un mismo canon tenga sentidos diferentes, pero la norma subsiste “No mataras!!! No robaras!!!” ) El metaética: las ideas y reglas morales de un hombre o sociedad no pueden confrontarse con las de otros individuos, grupos o sociedades. Cada norma sería buena por si misma. No es una mayor que otra, pues todas son incompatibles. Todas las opciones tenidas como válidas lo serían, aún siendo contrarias entre si. Lo bueno depende del ámbito concreto de pensamiento y acción donde se formula.

Y otras interrogantes de carácter más práctico ¿Qué modelo hermenéutico-experiencial es la que corresponde al estudiante universitario y el de cada facultad? ¿Qué modelo hermeneutico-experiencial proponen los medios masivos de comunicación? ¿Qué modelo hermeneutico-experiencial se da en la práctica científica, educativa, extensionista?
Respuestas que darán un poco de luz sobre cómo estamos construidos, para luego poder desarmarnos y “elegir" (tarea difícil) cómo deseamos ser, estar, cambiar este mundo.

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